Video la Historia en minutos👇🏻
https://m.youtube.com/watch?v=Vbu6tH0Hc-o&pp=ygUhcHJpbWVyYSBndWVycmEgbXVuZGlhbCBlbiBtaW51dG9z


Si bien la Gran Guerra de 1914 nació en los Balcanes y tuvo como motivo directo el conflicto entre Austria y Servia (un minúsculo estado situado en sus fronteras), sus causas deben buscarse en aspectos más globales.
Durante el período de la Paz Armada surgieron nuevas potencias que buscaban su lugar bajo el sol, como por ejemplo Alemania, cuyas ansias de crecimiento difícilmente podían desarrollarse en un contexto pacífico.
Aunque los estados europeos afirmaban que no querían desencadenar la guerra, sin duda fueron víctimas de los dos bloques hostiles: los Aliados (Gran Bretaña, Francia y Rusia) y los Imperios Centrales (Alemania, Imperio Austro-Húngaro y luego Turquía). Se convirtió en una guerra total, por el sistema de alianzas que involucró a las potencias de Europa.
Sin embargo, no podemos obviar que en la guerra se enfrentaron países con viejos conflictos por resolver. Francia contra Alemania (la primera no terminaba de aceptar la pérdida de Alsacia-Lorena en la guerra de 1870-71); Alemania contra el Imperio Ruso; Rusia contra los turcos por el control de los estrechos del Bósforo y Dardanelos, que le permitía la salida al mar Mediterráneo; los pueblos o minorías nacionales de Europa del este (checos, serbios, bosnios) contra la dominación del Imperio Austro - Húngaro, sin nombrar la creciente rivalidad anglo-alemana. España, Holanda, Suiza, Suecia y Noruega fueron los únicos países europeos que no participaron en la guerra.
Un atentado precipita la guerra
El enfrentamiento interno dentro del Imperio Austro-Húngaro- compuesto por varias nacionalidades- desencadenó la guerra europea. La monarquía austro-húngara había incorporado a Bosnia bajo su dominio, y el descontento de los eslavos del sur amenazaba a este imperio multinacional con el separatismo y la desintegración. Esto se agudizaba con la presencia de Serbia, ya que este pequeño estado independiente agitaba el paneslavismo- es decir, la pretensión de unificar a los pueblos eslavos del sur- en la región balcánica.
Serbia contaba con organizaciones terroristas que alentaban la lucha contra los Habsburgo y los funcionarios imperiales. El 28 de junio de 1914, el atentado y asesinato del príncipe heredero en Sarajevo a manos de un terrorista servio desencadenó la guerra. Ante este hecho, el emperador austríaco presentó un ultimátum a Serbia y rompió relaciones. Alemania la convence de apurar una invasión con el fin de que las potencias tarden en reaccionar y el conflicto no se extienda.
Austria lanzó un duro ataque para castigar a su vecina Serbia. Alemania rápidamente prestó su apoyo, respondiendo al sistema de alianzas que dividía a Europa en dos bloques rivales. Rusia consideró vital impedir que Serbia fuera destruida y junto a ella intervino su aliada Francia. Con la invasión a Bélgica por parte del ejército alemán, el gobierno británico obtuvo la justificación moral para involucrarse en la guerra. La contienda se hacía europea y total.
Mapas del frente de guerra europeo👇🏻
La guerra de trincheras
La primera guerra se desarrollaba, pese al avance tecnológico, con características similares al siglo XIX en cuanto al gran despliegue de ejércitos en los campos de batalla y a la ocupación de territorios, donde se formaron distintos frentes de combate. La aviación comienza a tener un pequeño papel, muy distante todavía del que va a cumplir en la Segunda Guerra Mundial.
El avance alemán en el frente occidental se detuvo a pocos kilómetros de la ciudad de París. La guerra se desarrolló en territorio francés, principal campo de batalla. Y hasta la revolución rusa, Alemania tuvo que enfrentar también el frente oriental (del Este).
Los ejércitos se inmovilizaron y adoptaron posiciones fijas que se denominaron guerra de trincheras. Difícil imaginarse aquel mundo de líneas de trincheras y fortificaciones improvisadas que se extendían desde el Canal de La Mancha hasta la frontera suiza. Las posiciones no se modificaron durante tres años. Los combatientes paralizados en pozos de tres metros de profundidad, plagados de ratas y cadáveres descompuestos, permanecían hundidos en el barro. Estaban rodeados de alambres de púas y expuestos a los gases venenosos o a los bombardeos aéreos. La tensión aumentaba por el agotamiento, el frío o la lluvia, se encontraban mal abastecidos y víctimas del sueño mientras esperaban los relevos.
En 1916, los alemanes intentaron romper sin éxito la línea defensiva de Verdún, en Francia.
Durante varios meses, los franceses dirigidos por el general Pétain detuvieron en una larga acción de desgaste de la ofensiva alemana; en la batalla hubo un millón de bajas.
El frente occidental recién se movilizó con la entrada de los Estados Unidos en 1917 y la última etapa de la guerra fue de movimiento, en la que Alemania -agotada por los esfuerzos bélicos- retrocedió lentamente.
La guerra submarina
En 1915 el Imperio alemán proclamó una zona de guerra submarina alrededor de las Islas Británicas, cortando las principales rutas de abastecimiento por el Atlántico (petróleo y alimentos). En mayo de ese mismo año, fue hundido el transatlántico Lusitania frente a la costa irlandesa; entre sus 1198 pasajeros había 128 norteamericanos. El presidente Wilson exigió enérgicamente a Alemania que abandonase sus métodos de guerra submarina.
El submarino era un arma marítima eficaz, pero cuestionable desde las normas internacionales, que exigían a todo navío de guerra realizar una advertencia a barcos mercantes enemigos a fin de retirar pasajeros y tripulación antes de hundirlo. Pero en 1917, el gobierno alemán anunció la guerra submarina total, con lo cual se rompieron las relaciones diplomáticas entre Washington y Berlín.
Actividad Fuente Histórica: Declaración del presidente W. Wilson
“La guerra submarina de Alemania contra el comercio es una guerra contra la humanidad, es una guerra contra todas las naciones. Barcos americanos han sido hundidos, vidas americanas se han perdido en circunstancias que nos han conmovido violentamente; de la misma manera, otras naves y otros ciudadanos de naciones neutrales y amigas han sido hundidos y precipitados al fondo del mar. No ha habido en esto distinción alguna: el desafío ha sido lanzado a toda la humanidad.”
Actividades
Relaciona el texto con el ingreso de los Estados Unidos a la Primera Guerra Mundial.
El ingreso de los Estados Unidos a la guerra
En 1914, para la mayoría de los norteamericanos era difícil entender cómo toda Europa fue a la guerra debido al asesinato del heredero al trono austro-húngaro, y creían que los Estados Unidos debían mantenerse al margen del conflicto. El presidente Thomas Woodrow Wilson postuló la neutralidad de su país e, incluso, importantes empresarios como Henry Ford subvencionaron al movimiento pacifista, enviando un «barco de la paz>> a Europa en 1915 para alentar un acuerdo y la suspensión de las hostilidades.
Los Estados Unidos ingresaron a la guerra el año anterior a que ésta terminara, pero antes de su decisiva intervención, fueron proveedores de materiales bélicos, alimentos y ayuda financiera a Inglaterra y Francia.
La excusa fue el telegrama Zimmermann: en marzo de 1917 el gobierno norteamericano entregó a la prensa una nota alemana en clave, que había sido interceptada. El telegrama enviado por el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Arthur Zimmermann, contenía instrucciones para buscar una alianza con México, en el caso de que los Estados Unidos ingresaran a la guerra. México debía atacar a su vecino para recuperar los territorios perdidos de Nueva México, Texas y Arizona. Una vez descifrado, el presidente Wilson lo utilizó como una eficaz arma de propaganda contra Alemania y solicitó al Congreso una declaración de guerra.
La derrota alemana y la paz de Versalles
Antes de su ingreso a la Primera Guerra Mundial, el presidente de los Estados Unidos formuló una propuesta a los países beligerantes y convocó a una conferencia de paz. Wilson pedía una paz sin vencedores ni vencidos y anunció un programa de catorce puntos. A propuesta del presidente norteamericano, también se debe la creación de una liga o Sociedad de las Naciones para resolver los conflictos que se suscitaren e intentar mantener la cooperación internacional (aunque posteriormente el Congreso de los EE.UU. no autorizó la incorporación de este país al nuevo organismo).
Las condiciones de paz impuestas por las potencias vencedoras (los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia) fueron -pese al pedido de Wilson- muy duras para Alemania.
En el Tratado de Versalles, firmado en junio de 1919, se establecía el desarme alemán, la reducción de su ejército, la desmilitarización de la frontera con Francia, la confiscación de su flota de guerra, submarinos y la aviación. Se le prohíbe a Alemania poseer una Fuerza Aérea.
Las severas cláusulas del tratado hacían de Alemania la única responsable de la guerra y la obligaban a pagar reparaciones a Francia e Inglaterra, como indemnización por los daños de guerra. También incluían la devolución de Alsacia-Lorena a Francia, la pérdida de sus colonias en África -Togo, Camerún y Tanganica (actualmente Tanzania)-, y la prohibición de formar alianzas con Austria. Polonia, creado como estado independiente, recibía una franja de tierra con salida al mar -el corredor polaco- que cortaba el territorio alemán, y el puerto de Dantzig se constituía en ciudad libre, bajo la protección de la Sociedad de las Naciones.
Un nuevo mapa de Europa
Los europeos habían confiado en que sería una guerra corta, pero se prolongó durante cuatro años, y costó trece millones de vidas humanas. El viejo continente no volvería a ser el mismo: se produjo el hundimiento de los Imperios Centrales (el Imperio Alemán, el Austro-Húngaro) y de su aliado, el Imperio Otomano o Turco; la desaparición de tres monarquías, y una revolución proletaria triunfante en Rusia.
La guerra significó la pérdida de hegemonía de Europa sobre el resto del mundo. En orden de importancia fue reemplazada por los Estados Unidos, que terminaron la contienda con un gran saldo comercial y sin haber sufrido pérdidas en su propio territorio; los préstamos otorgados a los países beligerantes lo convirtieron en una nación acreedora y la propia Inglaterra quedaba endeudada con los Estados Unidos.
El trazado de nuevas fronteras dio lugar al nacimiento de nuevos Estados-nación europeos, que se desprendieron del Imperio Ruso y del Imperio Austro-Húngaro. Todos los eslavos del sur fueron integrados a un estado y formaron la nueva Yugoslavia, que incluía a Serbia fusionada con Eslovenia (antiguo territorio austríaco) y Croacia.
Rusia, alejada de la guerra debido a la Revolución Bolchevique, perdió territorios que se convirtieron en países independientes (Estonia, Lituania, Letonia y Finlandia); también surgieron, Polonia y Checoslovaquia. La desintegración del Imperio Turco consolidó la presencia de los países vencedores de Europa en Medio Oriente, a través de los protectorados o mandatos británico y francés en sus territorios.
La posguerra y el papel de los Estados Unidos
El período de posguerra presentó un duro panorama: los gobiernos de Europa contaron con la ayuda norteamericana que proporcionó provisión de alimentos a crédito y préstamos gubernamentales. Alemania, ahora transformada en República, recibió créditos de EE.UU. para pagar sus deudas de guerra. El viejo continente y las naciones latinoamericanas pasaron a depender del capital norteamericano. De hecho, los lazos económicos de Latinoamérica se inclinaron más hacia los Estados Unidos, que reemplazó o compitió con las inversiones británicas en la región. En la Argentina, por ejemplo, aumentaron las inversiones en distintos establecimientos, entre otros en frigoríficos y distintas sucursales de empresas norteamericanas.